sábado, 10 de septiembre de 2016

La mala alimentación, el alcoholismo y la drogadicción



Todos los productos que se venden en los 
supermercados o en los almacenes no tienen 
enzimas vivas porque fueron preparados a 
altas temperatura, pasteurizados, congelados 
irradiados y solo sirven para hacer comidas 
que nos darán alguna satisfacción pero no 
nos alimentaran en absoluto, deberíamos 
sumar a la larga lista todos los productos que 
se venden en los kioscos, como alfajores, 
caramelos, pastillas, dulces, chocolates, 
barritas energéticas, turrones, bebidas 
saborizadas o alcohólicas, cigarrillos etc. 
con los que irresponsablemente los padres 
van envenenado día a día a sus hijos y se 
agrava la intoxicación con las golosinas 
que compran en los kioscos que están 
dentro de las escuelas donde sin ningún 
control los alumnos toman: gaseosas, 
con químicos y conservantes, alfajores con 
harinas refinadas y azucares que terminan 
desquiciando la salud de los niños.

(Los kioscos de golosinas son los encargados de mantener latente los canceres, la obesidad y la diabetes)

A medida que pasa el tiempo los ciudadanos 
que viven en las grandes urbes se ven más 
acorralados y no tienen más alternativa que 
comprar todos los alimentos en los almacenes, 
supermercados o kioscos donde las enzimas 
brillan por su ausencia, y con ese sistema se agravan geométricamente las enfermedades.

(No hace falta ser ni médico ni científico para 
reconocer en el aspecto deplorable que tienen
los pacientes que concurren a los hospitales que 
sus enfermedades están íntimamente vinculadas, 
a la pésima alimentación (A estos enfermos solo 
se les pueden recetar paliativos porque no tienen 
la posibilidad de cambiar sus pésimos hábitos 
alimenticios; a medida que pasan los años los 
médicos van tomando conciencia que los 
medicamentos que se les pueden recetar a las 
victimas de décadas de mala alimentación, 
solo son bálsamos que no los curará, si no 
cambian radicalmente su forma de alimentación 
y ante la impotencia de no poderlos sanar van 
perdiendo el entusiasmo inicial y una gran 
mayoría de médicos se convierten en resignados 
y simples recetadores de paliativos que les 
sugieren las Industrias farmacológicas)    

El problema del alcoholismo tendría que tener un capítulo aparte y en especial el alcoholismo entre los adolescentes: la mala alimentación hace que una gran mayoría carezcan de suficiente energía para estudiar o trabajar; el síntoma que se ve cotidianamente es que a una gran mayoría viven fatigados, se apoyan, se recuestan o se sientan en lugares inadecuados y el problema más grave es cuando los fines de semana tratan de socializar y empiezan tomando alcohol en lo que ellos denominan la (previa) porque descubren que ingiriendo algo de alcohol logran rápidamente una energía extra que adolecen, pero la energía extra rápidamente es consumida bailando y vuelven a tomar para conseguir nuevos bríos la mayoría terminan alcoholizados y muchos empiezan a probar algunas otras drogas y en especial las drogas de diseño que es lo que más dinero les produce a los narcotraficantes.

La falta de energía en los adolescente por la mala alimentación, la ingesta de alcohol y la drogadicción están íntimamente ligados, quizás dentro de algunas décadas se encontrará alguna solución pero no deberá se farmacológica, la verdadera solución la debería dar la ciencia de la nutrición, pero deberán los cientificos reconocer que no se puede seguir comiendo alimentos envasados, cocinados a altas temperatura, pasterizados, congelados o irradiados, con conservantes y productos químicos y asesorar a los ciudadanos que y como cocinar para lograr que todo lo que comamos tengan todos los nutrientes y las enzimas vivas para lograr la energía necesaria y no depender del alcohol y las drogas para sustituirlas.

                               Alfredo Hernando



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