Y en contra posición tenemos una Presidenta que con su difunto esposo, el ex presidente Néstor Kischner, compraron cientos de hectáreas de tierras fiscales en El Calafate junto con sus amigos y familiares, desde luego, no invitaron a ningún ciudadano de condición muy humilde a poder acceder al privilegio, que sin ninguna ética, ellos usaron para beneficio propio y así acrecentar sus patrimonios de una manera que asombra; no compraron un lotecito de 300 metros cuadrados , sino que fueron cientos de hectáreas, a precio vil, $5.70 el metro cuadrado. Frente a estos precios, el valor de mercado actual es inconmensurable.
Si sabemos que las tierras fiscales son reservorios que los países tienen para que en un futuro sirvan para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, lo que estoy seguro que los políticos, familiares y amigos de este gobierno usaron las tierras fiscales para mejorar sus propias calidades de vida y la de sus descendientes, por muchas generaciones.
No se entiende como, la Presidenta Cristina Kirchner, con semejante chaleco de plomo pide a los ciudadanos más humildes que le entreguen su voto.
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