Si
consideramos que para representar a los maestros, el sindicalista además de
haberse recibido de maestro, este debería poder ejercer su profesión ante los
alumnos de primer o segundo grado, sin que estos se asustaran y se pusieran a llorar
por su aspecto intimidante.
Sin querer juzgar a Roberto Baradel por su semblante (si
este fuera natural) pero si se lo puede juzgar porque su aspecto es
deliberado y el personaje que creó, de lucir desalineado y hosco quizás
para intimidar, le podrá servir para esconder alguna evidente patología, pero no para
ejercer la docencia ni siquiera en
alguna cárcel y menos lo podría hacer ante niños de un primer o segundo grado.
Alfredo Rebizzo Hernando DNI 4186601
Invito a leer:
Los sindicalistas y los
docentes:
http://alfredolhernando.blogspot.com.ar/2017/02/los-sindicalistas-y-los-docente.html
Corto, preciso, contundente: No me imagino a ninguno de quienes fueron mis Maestros y Profesores. ¡¡Cuánta distancia diferencia material y de aspecto exterior de quienes fueron ejemplos dentro y fuera del aula!! - ¡¡Gracias queridos MAESTROS!!
ResponderEliminarNo tengo la menor duda que la forma deliberada de exponerse es para intimidar con su sola presencia. Estimo que en muchos casos lo logra. En los niños por su inocencia. En los mayores, por creer en un disfraz.
ResponderEliminar