Para Cristina de Kirchner no hay buenos ejemplos que le llegue, así se llamen Nelson Mandela o el Papa Francisco.
En su monologo se olvidó de mencionar que entre los saqueadores habían
muchos jóvenes de a píe o en moto “NI-NI”
(Que no pueden trabajar ni
estudiar) y que son de su única responsabilidad de que existan.
Si el único objetivo de llegar al poder sin ninguna capacidad, solamente para acumular fortunas incalculables, a costa de las desdichas de
millones de ciudadanos: desplazados, sin ninguna posibilidad, y viviendo
miserablemente abría que preguntarse seriamente si no será inteligente que para
terminar con esta anarquía, permitir que todos los componentes
Kirchneristas junto a sus testaferros, pudieran blanquear sus ilegitimas fortunas
para que dejen de presionar a la justicia y que esta se pudiera recomponer y
poder transitar lo que le queda por gobernar, con una justicia impoluta e
independiente para poder desactivar las bombas e hipotecas que Cristina
de Kirchner dejará.
El único costo
que tendrán los corruptos, es que en algún rincón de sus conciencias llevarán los muertos y los millones de
ciudadanos que vivieron y viven indignamente por sus actos de corrupción.
(La corrupción mata)
(La corrupción mata)
Para
poder lograr sus ilegales fortunas,
si hubieran trabajado fuera del estado, hubieran tardado más de 500
años en lograrlas y en la función pública las lograron siendo corruptos en solo unos pocos años, y pareciera que en el tiempo que les falta transitar, van por más.
Las
patéticas y abochornadas miradas de
los señores: De la Rúa, Rodríguez Saá y Alfonsín escuchando el soliloquio, desubicado de Cristina
de Kirchner, revelaban que estaban arrepentidos
de haber concurrido, pensando que concurrían a un acto del pueblo y se
encontraron inmersos y avalando con sus presencias un acto partidario, para
justificar lo injustificable, y con bailes
sobre cadáveres y miles de víctimas.
Quizás el
error fue pensar que con los ejemplos de Nelson Mandela y el Papa Francisco, el acto por
los 30 años de democracia sería una verdadera fiesta popular, pero ante los saqueos muertos y heridos, no haber
concurrido hubiera sido un acto solidario y de sentido común, desde luego estamos en democracia y cada uno se solidariza con el que
quiere.
"Esperamos sus descargos, si los
tuvieran"
Alfredo Hernando
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