domingo, 11 de septiembre de 2016

Cristina Kirchner: Señala la luna con su dedo.


Cristina Kirchner dijo públicamente que para descubrir a un tonto hay que señalar la luna con el dedo, y si su interlocutor mira el dedo, es un tonto.



El sistema Cristinista  para descubrir tontos encubiertos, tiene sus bemoles pero si Cristina Kirchner se quiere sacar la duda del grado de tontos que somos los ciudadanos argentinos, tendría que convocar al pueblo Cristinista una noche de luna, e interrumpiendo su monologo, sin previo aviso señalar con el dedo la luna, pero tendría que tener mucho cuidado para que ella misma no mire su propio dedo, (Ese desliz daría por tierra esta nota) y con solo echar una mirada a los costados y al frente podría calcular con la velocidad que la caracteriza, a cuantos tontos les paga para tenerlos subyugados, si evaluara con su infalible sistema que son muchos los tontos, tendrá una gran posibilidad que ser reelegida nuevamente.

De todos modos para nosotros la gente 
común la manera de detectar tontos 
encubiertos, tiene sus dificultades. 
Primero: que tendríamos que tener la 
voluntad y la vanidad de encontrar 
muchos tontos para que nosotros 
haciendo comparaciones, no 
parezcamos tan tontos.
Segundo: tendríamos que sospechar 
que detrás de cada persona hay un 
tonto agazapado y si valdría la pena 
descubrirlo usando un sistema que 
no sabemos si la abogada exitosa lo 
patentó y podríamos tener algún juicio.
Tercero: que todos los diálogos para 
desenmascarar tontos, tendrían que 
ser a la luz de la luna y lo peor que nos 
podría pasar, es que nuestro interlocutor, 
haya aceptado concurrir a la cita a la luz 
de la luna, con intenciones inconfesables.
Cuarto: Cristina Kirchner de tanto encontrar 
tontos e incorporarlos a su entorno palaciego 
ya no encuentra ningún interlocutor válido a 
su altura intelectual y solo le queda el recurso 
del monologo, y además tienen que hacer el 
esfuerzo de usar su léxico restringido y hasta 
vulgar, para que la pudiéramos entender, 
aunque sea un poco no nos olvidemos que 
todavía no pudimos entender lo del “El modelo”
¿Quizás porque lo recibió de herencia y en un 
idioma insondable para los mortales 
posiblemente en una lengua muy proscribe a 
decir algo pero que realmente quiere decir lo 
contrario. 
                   ¡Verdad que me entendió!
Quinto:Tampoco entendimos lo de “La Sintonía 
Fina” que nos tiene sobre ascuas, y con el 
“Vamos por todo“ nos anonadó de tal manera que realmente tendríamos que votarla nuevamente 
para que en el lapso de cuatro años nos 
pudiera desasnar.
Sexto: Con lo de que “Los dólares se 
evaporaron” ya colmó muestra capacidad de 
asombro y la de todos los abogados y jueces 
que están día y noche buscando en los libros 
para poder entender como legalmente los 
dólares del estado se evaporaron 
espontáneamente, sin que se sepa el destino 
de los mismos ni quiénes son los responsable 
de la evaporación, si rápidamente no les da 
alguna pista a estos pobres hombres, 
colapsaran mentalmente porque están 
buceando en la historia de la humanidad para 
ver algo parecido y ya están entrando en la 
prehistoria sin ninguna novedad, si Cristina 
Kirchner no se conmueve y les da algún 
indicio estarán perdidos el "Borda” o 
“Open door”, ya les está quedando chico.
Sextimo: De todo lo que tiene que aclarar, 
ni queriéndolo lo podría intentar, porque 
es consiente que no estamos preparados 
para recibir una cuota de su sabiduría que 
no está acorde con nuestro intelecto, y 
como la humanidad se dirige a la 
superación total, guarda su sabiduría para 
los seres que habitarán el cosmos en las 
futuras centurias y ellos si ya evolucionados 
de una manera casi igualando a la de “Ella”, 
podrán leer sin que los colapse sus frases 
que nuestras pobres mentes en la actualidad 
no podemos deglutir y es más, nos podría 
perjudicar la psiquis enormemente, debido a 
ese peligro debemos agradecer a Cristina 
Kirchner que guarde sus pensamientos para 
futuras generaciones ya evolucionadas, que 
si entenderán lo que ahora para nosotros 
pobres mortales nos son incomprensibles.


                                                    Alfredo Hernando.

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